Nuestro cuerpo es como una pila de bloques, cuando estos bloques están bien alineados, el cuerpo es estable y amplio, y los tejidos son elásticos y están relajados.
Cuando los bloques están torcidos el cuerpo, que es asombrosamente maleable, se tiene que acomodar a esas deformaciones para seguir funcionando, pero a costa de restringir su capacidad de movimiento.
¿Cómo funciona la misteriosa maleabilidad del cuerpo humano?
Todas las partes del cuerpo (huesos, músculos, órganos, vasos sanguíneos y nervios) están rodeados por un material fibroso semiélastico al que llamamos tejido conjuntivo o conectivo, pero su nombre más técnico es fascia.
¿Cómo es la fascia? Imagínate una naranja, está rodeada de una gruesa piel externa que la recubre, y tiene además una membrana que rodea los gajos y una delgada película que separa las diminutas partículas que hay dentro de cada uno de ellos.
Todas esas capas se comunican entre sí y se afectan unas a otras, así es como la fascia está entretejida dentro del cuerpo: la fascia superficial es una vaina que recubre todo lo que hay debajo de la piel y que está directamente conectada con las vainas fasciales que envuelven cada uno de los músculos y órganos internos, e incluso con las membranas celulares.
El principal componente del tejido conectivo es la proteína conocida como "colágeno", que tiene la fascinante cualidad de poder cambiar de textura: puede pasar de la condición de una especie de gelatina a ser algo más semejante a un pegamento, e incluso parecerse al cuero.
Combinemos ahora este concepto de "tejido plástico" interconectado, que es la fascia, con la imagen anterior del cuerpo visto como una pila de bloques. Cuando un bloque corporal se tuerce o se ladea, los músculos del área adyacente se contraen para mantener en su lugar la parte desalineada.
El cuerpo es "un gran ahorrador de energía" y mantener la contracción de los músculos de forma sostenida durante un tiempo prolongado requiere mucha energía. ¿Cómo ahorra el cuerpo energía en estas situaciones? muy fácil, echa mano de la fascia que al tener menos tejido muscular apenas gasta energia pero puede mantener a los músculos en la posición deseada.
Pero ... este ahorro de energía tiene sus consecuencias, cuando una parte del cuerpo está siempre en una mala alineación, el tejido elástico que rodea y separa los músculos afectados,es decir, la fascia, va tomando una consistencia coriácea, se vuelve rígido, pierde elasticidad y termina por inmovilizar la articulación.
Los músculos, que están envueltos por esa fascia, se acortan, se tensan y pierden la capacidad de responder al deseo de relajarlos. A la larga, las vainas que serparan entre sí los músculos se van soldando y así se restingue la amplitud del movimiento de la articulación.
No es fácil recuperar la elasticiad de las vainas de la fascia, lo primero que tenemos que hacer es reconocer nuestros hábitos posturales y de movimiento, para poder cambiarlos.
Tenemos que crear opciones neuromusculares nuevas para que los viejos hábitos puedan dejar de limitarnos.
Los nuevos hábitos nos van a proporcionar una base física para mejorar tanto la imagen que tenemos de nosotros mismos como nuestro comportamiento. Con el tiempo, la reeducación motriz nos va a proporcionar una sensación interna de equilibrio y comodidad.
Bibliografia:Técnicas de Rolfing-Movimiento (Mary Bond)
Bihotza. SaludyEnergía
Centro de Reeducación Postural
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