Para la acción de correr necesitamos un sistema de sujeción, otro de propulsión y otro de frenado. Sin un buen sistema de sujección no podemos tener sistema de propulsión, ni de frenado.
El sistema hidroneumático que nos da sujeción, amortiguación y transmisión de fuerzas son la cavidad torácica, donde se encuentra el diafragma y la cavidad abdominal donde se encuentran las vísceras. Aquí encontramos el suelo pélvico y la musculatura abdominal que realiza la función de contención.
Tanto la faja abdominal como el periné están compuestos por un tejido parietal, rico en colágeno y con predominación de las fibras musculares de tipo I. Esto es debido a que su principal función es la de contención, es decir no tiene una función dinámica como por ejemplo el músculo cuádriceps donde hay gran cantidad de fibas musculares de tipo II.
Este sistema abdomino-pélvico tiene acciones en el control postural, en la estabilidad, en el sostén visceral, en la continencia urinaria y fecal y por supuesto en las funciones sexuales.
La óptima funcionalidad de este sistema hidroneumático es necesaria para la propulsión en carrera y su deterioro nos lleva a problemas cada vez más comunes como hernias discales, fascitis, tendinitis, pubalgias, trastornos vascualres,incontinencia urinaria etc.
La hiperpresión provocada por el trabajo inadecuado del diafragma o por un exceso de impacto, como ocurre en la carrera, modifica la reactividad viscerofascial necesaria para la estabilidad y la sujeción postural.
Ahora bien, la musculatura que compone este sistema no se puede entrenar con los métodos clásicos de musculación, ya que su activación es por vía refleja, por lo tanto, debemos realizar ejercicios neuromusculares hipopresivos.
Con estos ejercicios vamos a consegir:
- una disminución de la presión sobre el suelo pélvico
- un aumento del tono abdominal y perineal
- quitar las tensiones en la musculatura antagonista
- una reacción neurovegetativa que ayuda al sistema a encontar una alternativa a lo que le está produciendo desequilibrio, gasto energético innecesario y disconfort.
En los ejercicios hipopresivos se hace una apnea espiratoira acompañada de una acción muscular concreta que estimula el tono de la faja abdominal y del suelo pélvico.
Una vez aprendida la técnica respiratoria y las posturas en que se deben trabajar, son fáciles de incorporar a la rutina de entrenamiento.
Con estos ejercicios en pocos días se puede apreciar un cambio en la técnica de carrera, a lo largo plazo mejora el umbral anaérobico, disminuye la fatiga e incluso se pueden eliminar patologías crónicas que tienen su origen en la función biomecánica de este sistema.
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