Hoy en día es difícil vivir ajena a las tendencias que marca la moda, en nuestra sociedad damos mucha más importancia a la estética que a la salud y no nos paramos a valorar las consecuencias físicas y emocionales que supone ser una "fashion victim".
Tacones de vértigo que nos deforman los pies, maxi bolsos con un exceso de peso para nuestra espalda, y ahora parecer ser que se está imponiendo el uso de las fajas reductoras, corses, etc .
Hay un montón de modelos diferentes, gran variedad de tejidos, colores, algunas más sexys que otras y todas prometiendo lo mismo: un vientre plano y una figura esbelta.
Pero poco se habla de los efectos negativos que a la larga puede provocar el uso cotidiano de estas fajas. Es cierto, que en algunos momentos y por prescripción médica se puede recomendar su uso (por ejemplo, después de una intervención quirúrgica) pero las mujeres que usan estas prendas las llevan por capricho estético, porque se ven más esbeltas y con la cintura más afinada, y muchas de ellas porque se han acostumbrado a esa sensación de comprensión y ya no pueden salir a la calle sin la faja.
Esta costumbre es muy negativa para el tono muscular de la faja abdominal, en contra de lo que te prometen, tener menos tripa, con el tiempo tu vientre cada vez estará más prominente y más flácido porque las fibras musculares del abdominal, que en su mayoría son de tipo I, de contracción refleja, involuntaria, se van desactivando y cada vez esa faja está más distendida.
¿Por qué ocurre esto? nuestro cuerpo se rige por el principio de la economía en el gasto energético, cuando el cerebro detecta que ya hay algo que nos sujeta deja de mandar energía a las células de esas fibras musculares y poco a poco dejan de hacer su labor que es sujetar las visceras, perdemos el tono múscular y la tripa cada día está más flacida.
Esto es lo que ves por fuera
Esto es lo que pasa por dentro
Llevar una faja es como llevar un cinturón que oprime las vísceras, los órganos internos se ven desplazados por el aumento de presión. Los órganos que se desplazan hacia arriba afectan al diafragma que tiene menos espacio para moverse y la respiración es más forzada; las vísceras que empujan hacia abajo van a crear más presión sobre la musculatura del suelo pélvico y poco a poco tendrá menos tono muscular para sujetar los órganos de la pelvis y la contención de la orina.
La comprensión de las fajas también afectan de forma negativa al sistema circulatorio y linfático, la celulitis y la retención de líquidos aparecen cuando no hay una buena circulación de la sangre ni un buen drenaje de la linfa.
No pasa nada si utilizas esta prenda en ocasiones determinadas, por ejemplo, si quieres llevar un vestido ajustado a una fiesta, pero si la usas todos los días, incluso cuando vas al trabajo, tienes que ir pensando dejar la faja en el cajón si quieres evitar problemas de salud y recuperar tu cintura, sobre todo si tienes un trabajo sedentario.
No lo tienes que hacer de un día para otro, no te agobies, intenta durante unas semanas llevarla sólo la mitad del día, para ir acostumbrándote a la nueva sensación . Puedes aprovechar los fines de semana para estar todo el día sin ella, ya verás como tu cuerpo empieza a trabajar más y mejor.
Lo ideal es que tu faja abdominal sea resistente de forma natural para no tener que usar este tipo de prendas.
¿Como lo conseguimos? No es tan difícil, de verdad, controla un poco la dieta, no abuses de las grasas y elimina los alimentos que contengan azúcar refinado, haz un poco de ejercicio físico todos los días, caminar hasta el trabajo, subir las escaleras de casa, ...
IMPRESCINDIBLE para recuperar el tono muscular de la faja abdominal :
diez minutos diarios de ABDOMINALES HIPOPRESIVOS y la flacidez de tu tripa irá desapareciendo!!!!!
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