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domingo, 11 de agosto de 2013

ARTROSIS Y EJERCICIO FÍSICO

Actualmente el EJERCICIO FISICO juega un papel esencial en el tratamiento de la ARTROSIS.

        Todos los profesionales de la salud recomiendan a las personas afectadas por esta patología hacer una actividad física de forma regular pero ¿qué tipo de ejercicio físico nos ayuda a prevenir su aparición y reducir sus efectos?
        Los problemas reumáticos, y en especial la artrosis, tienen un denominador común: la rigidez y el acortamiento de las cadenas musculares.
        En reumatología, los músculos son los grandes olvidados, se habla del desgate de los cartílagos, de cómo regenerarlos y eso está muy bien, pero tenemos que tener en cuenta que si no se “suprimen” los frenos musculares, que oprimen las articulaciones aplastando los cartílagos, el tratamiento siempre será paliativo y no causal.

       
Los músculos estáticos nos erigen desde abajo, el tríceps sural toma punto fijo en el calcáneo a través del tendón de Aquiles para enderezar la tibia y el fémur, dando un punto fijo a los isquiotibiales y pelvitrocántereos que son los encargados de enderezar la pelvis.  Desde aquí los espinales toman punto fijo para enderezar la columna, mientras que  la cabeza y el cuello constituyen el punto fijo para suspender la cintura escapular y las costillas.
        Gracias a este maravilloso sistema de palancas, los músculos erectores nos mantienen erguidos contra la fuerza de la gravedad, pero como la gravedad es una fuerza vertical y la resistencia muscular también, la VICTIMA de este sistema  es la ARTICULACION, que queda comprimida por ambas fuerzas.


          Cuando los músculos estáticos están  rígidos e hipertónicos,  las articulaciones tienen  que soportar más  presión  cuando nos movemos  pero también  en una actitud estática (de pie o sentados). La consecuencia de esa “garra” apretando las articulaciones es el desgaste de los cartílagos que nos aboca a una enfermedad como la artrosis.
        Para  evitar o frenar el acortamiento y la rigidez de los músculos, se deben realizar de forma periódica sesiones de Reeducación Postural Global, Stretching Global Activo o Estiramientos de Cadenas Musculares en la Hamaca PosturalPancafit o K-Stretch.


        Cuando la enfermedad está diagnosticada, además de mantener una musculatura elástica y flexible con los estiramientos, se recomienda hacer ejercicio físico para  mantener la movilidad y estabilidad de las  articulaciones más afectadas (manos, rodillas, caderas y columna).
Se deben realizar movimientos suaves y controlados sin que aparezca el dolor y con un rango de movimiento pequeño para favorecer el drenaje de la articulación y mejorar el tono de  los ligamentos que la sostienen.
        Es importante realizar estos ejercicios con  una buena actitud postural, ya que existen estudios científicos que demuestran que una inadecuada alineación corporal  puede provocar que el reparto de las fuerzas que atraviesan el cuerpo (fuerza de la gravedad) no se realice de forma adecuada y, por ello, se genere mayor presión en un punto articular concreto, favoreciendo el  desgaste del cartílago en esa zona y la aparición de la artrosis.

       
Podemos mejorar nuestra actitud postural entrenando la propiocepción, es decir, realizando los ejercicios de forma consciente, “sintiendo el movimiento” y aprendiendo a detectar la mala colocación de la articulación para poder  corregir su  posición. No se puede corregir un desequilibrio hasta que uno mismo es consciente de que existe dicho desequilibrio.

        Los ejercicios del Método Pilates son una eficaz técnica de rehabilitación para los afectados por esta patología. Sus movimientos suaves, realizados desde una buena alineación postural y de forma consciente y controlada, nos ayudan a mejorar la estructura de sostén de la articulación, fortaleciendo y flexibilizando todos los grupos musculares que amortiguan la carga y así evitar los dolores e incluso, revertir el curso deformante de la enfermedad.


        Una vez más, recordaros que la práctica de cualquier actividad física se debe realizar bajo la supervisión de profesionales cualificados, en caso de la artrosis debería ser una condición indispensable, ya que la patología en sí, aumenta el riesgo de sufrir lesiones durante la práctica del ejercicio físico.