Posición de Inicio:
Arrodillate ante el balón y con cuidado deja caer el cuerpo sobre él, boca abajo
Movimiento:
1. Haciendo un movimiento suave al principio, rueda sobre el balón hacia adelante
2. Pon las manos en el suelo, con unos pocos centimetros de separación del balón, y los pies en el suelo
3. Profundiza el estiramiento hasta que la cabeza quede a 2,5 cm del suelo
4. Siente cómo se libera la columna
5. Inspira y lleva el aire a la parte trasera de la caja torácica, vacia los pulmones desde el abdomen notando cómo los músculos de la pelvis se liberan con esta respiración
Proposito del ejercicio:
Relajar el cuerpo y la mente. Permitir que la gravedad estire de forma natural el cuello y la columna
Mientras permites a la columna tomar la forma del balón, imagínatela mentalmente. Está constituida por 24 vértebras, en forma de carretes, más el sacro: el hueso triangular en la base de la columna, debajo del cual está el cóccix.
Mientras la gravedad la abre suavemente y sientes una agradable liberación en el cuello y en la parte alta de la espalda, visualiza las diferentes secciones de la columna: en el segmento cervical hay siete huesos del cuello, en el torácico o espalda superior hay doce, y cinco en el lumbar o espalda baja.
La mayoría de la gente adora esta postura: no solo porque abre la parte superior de la columna y relaja los músculos del cuello, sino porque nos da una sensación de seguridad y confort parecido a estar dentro del seno materno.
Advertencia:
El pecho no debe sentirse comprimido, algunas personas encuentran esta postura más cómoda desinflando un poco el balón.
No se recomienda realizar el ejercicio durante mucho tiempo y no lo intentes con el estómago lleno.
Si se sienten náuseas o mareos rodando sobre el balón es mejor abandonar el ejercicio, tumbarse en el suelo en posición fetal y esperar a que el mareo desaparezca
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